Creo que marzo ha sido el mes en el último año en el que más libros he comprado desde la última feria del libro de Gotemburgo. Este mes en el que está empezando a salir el sol en Suecia y las tardes comienzan a ser más largas, he salido bastante y he decidido hacer varias excursiones a varias tiendas de segunda mano y librerías de viejo que había encontrado en internet, aunque, sinceramente, tampoco tenía las expectativas demasiado altas, porque últimamente las tiendas a las que iba solían tener los mismos libros: muchas ediciones de adaptaciones de películas de Disney, y por alguna razón un montón de libros dedicados a Marcus y Martinus (los hermanos gemelos noruegos que casi representan a Suecia en Eurovisión este año, los Gemeliers suecos).
Cuando busco libros de segunda mano, normalmente lo que espero encontrar son libros que ya conozco pero que no tengo (sobre todo porque en el ratito en el que estoy en la tienda no suelo tener mucho tiempo para leer cada libro que me pueda parecer interesante), libros que pueden ser difíciles de conseguir en las tiendas físicas por estar descatalogados o libros que llamen mucho mi atención y que me hagan pensar que están destinados a estar en mi posesión (como lo que me ocurre cada vez que encuentro un libro de Elena Fortún o de Guillermo, de Richmal Crompton, que son mi perdición).
La tienda en la que más libros encontré fue Björk & Frihet, que tenía una selección bastante grande de libros infantiles y en la que había cosas muy interesantes. Tenían una colección de cómics antiguos impresionante, pero apenas tuve tiempo de mirar algunos porque la tienda cerraba antes de lo que pensaba. Algunos de los libros que encontré (a 20 coronas cada uno) fueron:
La edición en sueco de Mamá puso un huevo de Babette Cole (1993). Es un libro que he sacado de la biblioteca muchas veces y que estoy encantada de tener en mi colección antes de que lo censuren o lo descataloguen del todo.
The Jolly Christmas Postman, de Allan y Janet Ahlberg (1991). En realidad, este libro ya lo tengo en español, y lo he utilizado en varias sesiones de cuentacuentos de Navidad, pero ya puestos, dejándome llevar por el valor sentimental que para mí tiene el primer libro de El Cartero Simpático (1986), no he podido resistirme a tenerlo en versión original.
Edición en sueco de Petit, el monstruo, de Isol (2006). En realidad, este libro lo he cogido sin dudar simplemente porque me hizo ilusión encontrar un libro de Isol que estaba en tan buen estado y con su sobrecubierta impecable.
Tidenboken [El libro del tiempo], de Pernilla Stalfelt (2018). Es el segundo libro de esta autora que tengo y curiosamente el otro, Kärleksboken [El libro del amor] (2015), también lo encontré en una tienda de segunda mano el año pasado. Me hace gracia ir comprando poco a poco todos los libros de la colección porque accidentalmente, Pernilla Stalfelt fue una de las primeras autoras suecas que conocí (obviando a Astrid Lindgren), años antes de mudarme a Suecia y de empezar a trabajar con literatura infantil. Este encuentro se dio cuando un día en una librería de Madrid descubrí El libro de la caca (2003), su libro estrella, que en aquel momento me parecía uno de los libros más extraños que había visto en mi vida.
Nursery Book, de Rod Campbell (1993), con un montón de solapas y letras de canciones infantiles.
Rosie’s Walk, de Pat Hutchins (1967), el cual no comprendo cómo no tenía todavía.
My first thousand words in English, de H. Amery y Stephen Cartwright (1983. Estoy casi segura de que tuve un libro igual a este cuando era pequeña y para mí como eterna estudiante de segundas lenguas (tengo uno parecido en sueco que me ayudó mucho) me parece un recurso bastante práctico (aunque he de reconocer que la palabra “práctico” no me gusta mucho cuando hablo de libros).
Knacka på! (edición en español Toc toc), de Anna-Clara Tidholm (1992), un libro muy sencillo pero divertido en el que tocar muchas puertas y descubrir distintas habitaciones. Tengo la edición en español en formato de cartón, y lo suelo leer mucho con mis sobrinos en español, esta es una edición en versión original y en cartoné pero con un formato más pequeño y compacto.
Otro día fui a una de mis librerías favoritas de Suecia: Antikvariat Röde Orm. Originalmente quería buscar una edición en sueco de Der Struwwelpeter (Pedro Melenas en la edición en español), de Heinrich Hoffman (1845), lo cual es prácticamente imposible de conseguir cuando lo estás buscando, lo mejor es ir a las librerías sin buscar nada en concreto. Evidentemente no tenían ese libro, pero sí tenían un libro recopilación de cuentos de revistas infantiles de 1909 de Ottilia Adelborg, una ilustradora sueca de la que estoy completamente enamorada. Pese a este enamoramiento, no me llevé el libro porque en ese momento me pareció demasiado caro, aunque ahora me arrepiento, pero al mismo tiempo espero que el destino nos vuelva a unir algún día.
Sí me llevé otro libro:
Min nya skattkammare. Bildriket (algo así como [El Reino de la Imagen: Mi nuevo tesoro escondido]), de Harriet Alfons (1984), un libro con un montón de referencias del arte, cine y literatura. En realidad, me llamó mucho la atención porque solo en la cubierta ya pude encontrar varios referentes presentes en varios álbumes ilustrados que conozco y con los que estoy obsesionada, y la verdad es que no me decepcionó, estoy disfrutando muchísimo de su lectura.
Otro día recurrí a El Internet para hacer un pedido de varios libros (nuevos) que no podía encontrar en ninguna tienda “física”:
Willy the dreamer (1997), Willy’s pictures (1999) e Into the forest (2004), de Anthony Browne, uno de mis autores favoritísimos para completar mi colección de sus álbumes ilustrados.
Annie John, de Jamaica Kincaid (1985). Hace un par de meses estuve en un taller de escritura creativa de Jorge de Cascante y mencionó este libro que posteriormente saqué de la biblioteca y me leí en tres días y con el que me obsesioné. Tenía dos opciones: o no devolver nunca el libro a la biblioteca o comprarme uno para mí. Tuve que devolver el libro a la biblioteca porque alguien lo había reservado y porque en realidad accidentalmente no saqué uno, sino una bolsa para club de lectura con 8 libros del mismo título. Sinceramente, podría haberme leído el mismo libro ocho veces sin ningún problema.
En realidad, los últimos dos libros no me los compré yo, sino que fueron un regalo que me hizo mi novio de la Bokrea, que son unas rebajas en libros que hace una librería (¿o varias?) en Suecia. Son dos ediciones con recopilaciones de cuentos de dos autores muy favoritos míos (por muy cliché que suene esto):
Gothic Fantasy: Bram Stoker Horror Stories (2018).
Classic Stories: Edgar Allan Poe Collection (2018).
Tal vez la próxima vez que me anime a escribir les enseñe los libros que he sacado de la biblioteca en los últimos tres meses. Hasta entonces, a seguir leyendo ♥
Cristina
Comments